Un tiempo por demás bello y significativo en la vida de las madres y sus hijos es el periodo de lactancia.
Las mujeres tenemos la oportunidad de crear un nuevo vínculo con nuestros hijos a la vez de disfrutarlos de la manera más noble y tierna posible después de haberlos llevado en el vientre.
Pero también es cierto que pocas son las veces que se nos habla a las primigestas del dolor que esto también implica y la responsabilidad de cuidados que conlleva.
Primero hablaremos un poco de los beneficios y después de los cuidados que dicha tarea merece.
Beneficios de la lactancia materna
Con la leche materna aportamos a nuestro pequeño no solo nuestro cariño sino también, los nutrientes como carbohidratos, vitaminas, grasas y proteínas que necesita.
Además de que, la leche materna otorga al bebé toda la energía que necesita, sobre todo durante los primeros 6 meses de vida.
La leche cambia increíblemente su composición de acuerdo con el crecimiento del bebé e incluso sus beneficios alcanzan a trascender en la edad adulta.
Amamantar a nuestros hijos de la misma manera nos ayuda como madres a tener una mejor salud tanto física como mental. Ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2.
Las hormonas que se producen al lactar ayudan a que el cuerpo se recupere pronto después del parto, retrasando en su mayoría el regreso del periodo menstrual y ovulatorio.
Al dar pecho se consumen entre 450 y 500 calorías al día ayudando a bajar de peso si es que durante el embarazo se subió un poco.
Y, como es de esperarse, a nuestros bebés también les da muchísimos beneficios como el disminuir el riesgo de obesidad, enfermedades respiratorias y digestivas, infecciones en el oído, alergias y facilita el correcto crecimiento de los dientes y desarrollo de la mandíbula.
Se ha demostrado que la lactancia materna reduce la mortalidad infantil reforzando sus defensas y estimulando su sistema inmunológico, ayudando a madurar su sistema digestivo otorgando una fuerte flora intestinal.
Amamantar ayuda a la relajación tanto del bebé como de la madre.
Se libera prolactina que además de estimular la producción de más leche tiene un efecto antiestrés.
De igual manera, al dar leche se produce una hormona llamada oxitocina que reduce los riesgos de depresión postparto desarrollando sentimiento de cariño, amor y apego.
Cuidados y recomendaciones durante la lactancia.
La UNICEF y la OMS tienen diferentes documentos muy interesantes que nos dan luces teóricas y prácticas sobre la lactancia exclusiva, sobre todo durante los primeros 6 meses de nuestros bebés.
En ellos se habla que es recomendado que la lactancia se inicie en la primera hora de vida de los pequeños, aunque pocas veces esta recomendación se puede llevar a cabo.
Se pide que la lactancia sea exclusiva, por lo que no se recomienda ningún otro tipo de alimento o bebida.
En ocasiones el empezar a producir leche tarda un poco.
Por lo que los profesionales pueden optar por alternar con fórmula láctea, pero siempre pidiendo que en la medida de lo posible se pegue al infante a la mama, ya que de esto depende la producción de la leche misma.
También para la producción de leche es necesario tratar de estar tranquila y sin preocupaciones ya que el estrés provoca la disminución de la misma.
La lactancia debe ser a libre demanda, tanto en el día como por la noche.