El pasado 13 de octubre celebramos el Día Mundial de la Trombosis, esto se debe a la fecha de nacimiento del médico Rudolf Virchow, quien fue el primer médico en descubrir y estudiar dicha patología.
Durante esta fecha, se busca concientizar sobre los factores de riesgo, síntomas, tratamiento y medidas de prevención, buscando reducir las tasas de mortalidad y las secuelas que se presenta en la mayoría de los casos.
Esta es la tercera causa de muerte cardiovascular a nivel mundial. Después del síndrome coronario agudo y el ictus. Cada año muere 1 de cada 4 personas por causas relacionadas con la trombosis.
¿Qué es la trombosis?
Es la presencia de un coágulo sanguíneo (trombo) en una vena o arteria. Este coágulo está formado por células sanguíneas que se encuentran unidas entre sí. Dicha aglomeración causa una obstrucción parcial o total del flujo sanguíneo dentro de las venas y arterias; la mayoría de los casos se desarrolla en las venas de extremidades inferiores, dándonos como resultado una insuficiencia venosa profunda.
Los coágulos pueden llegar a desprenderse de su lugar de origen y desplazarse hacia algún órgano vital (corazón, pulmones, cerebro, riñón, etc.), lo cual puede causar diversas secuelas según el órgano afectado o en el peor de de los casos, puede ser mortal.
Cuando estos coágulos se desprenden y viajan, se les conoce como émbolo. El principal órgano afectado son los pulmones, causando un tromboembolismo pulmonar.
El tromboembolismo pulmonar, es la obstrucción por un embolismo de un coágulo, que tuvo origen en un sitio distante: el 95% de los coágulos se forman en las piernas y viajan hasta la arteria pulmonar. Dicha obstrucción del flujo sanguíneo pulmonar puede ser total o parcial.
La gravedad de esto, es que al no recibir sangre los pulmones no podrán realizar el intercambio gaseoso de forma adecuada, dando como resultado una mala oxigenación sanguínea que repercutirá en el resto de órganos y tejidos.
Esta entidad patológica, se presenta con mayor frecuencia en pacientes que tienen largos periodos de hospitalización o se encuentran en estado de postración. Por lo que, es de suma importancia movilizar a los pacientes y dar tratamiento con anticoagulantes para prevenir la formación de coágulos.
Factores de riesgo.
El tromboembolismo venoso puede presentarse en cualquier persona. Sin embargo, existen algunos factores que aumentan el riesgo de que se presente esta afección. Entre los factores principales se encuentran:
Hospitalización, intervenciones quirúrgicas e inmovilización. El 60% de los casos ocurre durante un período prolongado de hospitalización o durante los 90 días posteriores a una intervención quirúrgica
Medicamentos. Los principales fármacos que pueden ocasionar un cuadro de trombosis son los anticonceptivos orales o cualquier tratamiento con estrógenos utilizado para controlar las molestias que se presentan posterior a la menopausia.
Enfermedades crónicas. Un 80% de los coágulos están relacionados con una fibrilación auricular, la cual se presenta en diferentes cardiopatías, cáncer, trastornos de la coagulación, enfermedades pulmonares, colitis ulcerosa, por nombrar algunas.
Tabaquismo. El consumo crónico de tabaco aumenta un 24 % el riesgo de tromboembolismo.
Edad avanzada.Tiene una incidencia de 1.8 casos en cada 1,000 habitantes al año en la población de 65 a 69 años. Esto aumenta a 3.1 casos en cada 1,000 habitantes en la población de 85 a 89 años.
Malos hábitos alimenticios y sedentarismo. El consumo de alimentos altos en colesterol y triglicéridos, puede causar la formación de placas de ateroscleróticas en los bordes de los vasos sanguíneos, causando una disminución de la luz del vaso, aumentando el riesgo de obstrucción.