A todas las personas nos es familiar el término de sistema cardiovascular. De inmediato, nuestro pensamiento nos remite al corazón.
Ese órgano que asociamos con repentinos y acelerados latidos cuando pasamos por un episodio que nos altera, como por ejemplo, emociones fuertes o sentimientos de euforia.
Pero también esos cambios se pueden deber a una falla en su funcionamiento.
El corazón
Es un órgano vital que trabaja incansablemente. Es como nuestro motor o bomba.
Su función principal es impulsar la sangre por todo el cuerpo a través de los vasos sanguíneos por medio de los latidos.
Este conocido líquido es un vehículo que transporta oxígeno y nutrientes.
Además recoge el dióxido de carbono y las sustancias de desecho celular y muchas otras sustancias para un óptimo funcionamiento del cuerpo y en beneficio de la salud.
El corazón late en promedio 100,000 veces al día, por lo tanto, es importante cuidar y procurar este músculo inagotable.
Una mala alimentación puede alterar el peso, la composición corporal y dar inicio a enfermedades relacionadas con la obesidad y con ello aumentar el riesgo de una enfermedad cardiaca.
Algunos padecimientos son la arritmia, la insuficiencia cardiaca, la hipertensión arterial (alta), la hipotensión (baja), paro cardio-respiratorio o enfermedad coronaria hasta una afectación cerebro-vascular.
Hay dos acciones sencillas que puedes y debes emprender para mantener un corazón sano:
una buena alimentación
una ligera rutina de ejercicio
Por lo que te hacemos las siguientes recomendaciones:
No todas las grasas son malas.
Algunas te brindan beneficios. Por ejemplo, para la preparación de tus alimentos en la cocina se sugiere el uso de las grasas monoinsaturadas que se pueden obtener del aguacate, de frutos secos como son cacahuate, almendras, nueces y avellanas.
Semillas como ajonjolí, linaza, pepita de calabaza, semillas de girasol o chía. Aceites vegetales de canola, oliva, cártamo o nuez. Aceitunas y margarina suave en aerosol son apropiadas.
Respecto a las grasas poliinsaturadas, nada mejor que el pescado.
El salmón, caballa, atún, trucha,son grasas “buenas” que incluyen omega 3 y mega 6.
Su consumo además, de beneficiar al corazón, también lo hace con el cerebro y ayuda a una mejor concentración, aprendizaje y memoria.
En este rubro se incluyen la mayonesa y aderezos a base de aceite para las ensaladas.
Los aceites recomendados son de soya, algodón y maíz. Evita los que se obtienen de palma y coco ya que se consideran grasas saturadas y trans.