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Un problema común: la disfunción eréctil

La disfunción eréctil es un problema más común de lo que se piensa, afectando a 1 de cada 5 hombres.

Lamentablemente, por diversas situaciones culturales, existe un tabú y una desinformación sobre esta patología. 

La sexualidad en los varones es uno de los aspectos más importantes de su vida, afectando sus relaciones de pareja y su autoestima. 

Todos los hombres pueden presentar dificultad para lograr una erección en algún momento, especialmente cuando se encuentran bajo situaciones de estrés, cansancio o se encuentran bajo los efectos del alcohol. 

La disfunción eréctil puede ser un síntoma silencioso de diversas patologías cardiovasculares y metabólicas, entre las cuales se encuentran la Diabetes Mellitus, Hipertensión Arterial, por nombrar algunas. 

Por lo qué es importante conocer sobre ella y los factores de riesgo para dicho  padecimiento. 

La disfunción eréctil tiene una frecuencia mayor, en hombres mayores de 40 años; afecta al 14% de los hombres entre 40 a 49 años, al 25 % de los hombres de 50 a 59 años y al 50% de los hombres mayores de 60 años. 

¿Qué es la disfunción eréctil? 

La disfunción eréctil  es la incapacidad para lograr mantener una erección lo suficientemente rígida para conseguir la satisfacción sexual de ambas personas. 

La disfunción puede ser orgánica, es decir, existe una afectación anatómica del pene o de los mecanismos relacionados con la erección, entre los que se encuentran: 

  1. Vascular: Ocurre cuando no llega suficiente flujo sanguíneo al pene o no se retiene adecuadamente, teniendo como consecuencia que no se alcance o se mantenga la rigidez adecuada de una erección. 

Las causas más frecuentes de este tipo de disfunción son: hipertensión arterial, niveles elevados de colesterol, tabaquismo y enfermedades cardiovasculares. 

En hombres de edades avanzadas este puede ser un síntoma centinela, de diversas enfermedades cardiovasculares graves, por lo qué es importante tratarla de forma oportuna y corregir los factores de riesgo vascular.  

  1. Neurológica: Se produce cuando existe alguna alteración en las señales nerviosas o en los nervios erectores. 

Las patologías que producen este tipo de disfunción son: Diabetes mellitus, lesiones medulares, lesión de los nervios erectores por procedimientos quirúrgicos. 

  1. Hormonal: La testosterona es la hormona encargada de incrementar el deseo sexual y encargada de producir las erecciones. Por lo qué, tener un problema hormonal, puede producir un cuadro de disfunción eréctil.

  2. Medicación: Los betabloqueadores y las tiazidas, usados para el tratamiento de la hipertensión arterial o diversos antidepresivos y ansiolíticos, pueden afectar a la erección. 

  3. Alteraciones psicológicas: La respuesta sexual tiene su origen a nivel cerebral y va a depender de un equilibrio en los impulsos excitadores. 

El cerebro se encarga de procesar los impulsos y emitir las órdenes oportunas para que se produzca la erección. 

En estos casos la disfunción eréctil se debe a un cuadro de ansiedad de ejecución (miedo a fallar) problemas de pareja, insomnio, estrés o depresión. 

Síntomas. 

El síntoma principal, es una alteración en la calidad de la erección, tanto en la rigidez como en la capacidad de mantenerla. 

Si la disfunción se produce por alguna alteración física, el principal indicador será la incapacidad para conseguir una erección matutina. Sin embargo, si tiene una causa psicológica, esta incapacidad sólo se produce durante una situación que produzca estrés o ansiedad. 

En caso de que el cuadro persista por un período mayor a tres meses, se recomienda que el paciente acuda a valoración con un especialista en Urología. 

Diagnóstico. 

Para conseguir un diagnóstico certero, es necesario realizar un análisis psicológico y un adecuado historial médico, donde se incluya la ingesta de fármacos, alcohol, tabaco o la presencia de alguna enfermedad, como lo son la diabetes, hipertensión y aterosclerosis. 

Se debe realizar una exploración física de los genitales externos, para descartar la presencia de fibrosis o la presencia de signos de enfermedades vasculares, hormonales o neurológicas. 

Es fundamental descartar alteraciones psicológicas severas, como depresión y ansiedad; además de analizar las relaciones personales del paciente, para determinar si existen conflictos con la pareja.

Se recomienda realizar mediciones de hormonas sexuales masculinas y tiroideas, esto puede ayudar a descartar o confirmar un hipogonadismo. 

Tratamiento. 

Las primeras recomendaciones terapéuticas son realizar cambios en el estilo de vida, continuando con terapia psicológica y farmacológica. 

La terapia psicológica se sugiere, principalmente en hombres menores de 40 años, ya que en este grupo etario las causas de la enfermedad suelen ser psicológicas.  

En casos de disfunción eréctil por alteraciones físicas, la mayoría de hombres requieren apoyo psicológico para poder superar problemas de autoestima derivados de esta enfermedad.

El tratamiento farmacológico de primera línea sugerido por la Sociedad Americana de Urología y la Sociedad Europea de Urología, son los  inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5, estos actúan aumentando el flujo sanguíneo del pene, ante un estímulo sexual, entre estos medicamentos se encuentran: 

  1. Sildenafilo. Comercializado como Viagra.

Se debe tomar 1 hora antes de comenzar la actividad sexual y el efecto dura hasta 5 horas. Los efectos adversos que se pueden presentar son dolor de cabeza, alteraciones gastrointestinales o visuales. 

  1. Vardenafilo. Comercializado como Levitra. 

Se sugiere tomarlo entre 25-60 minutos antes de iniciar la actividad sexual y su efecto tiene una duración de hasta 5 hrs. 

Los efectos adversos que se pueden presentar son náuseas, rinitis o mareos. 

  1. Avanafilo. Comercializado como Spedra. 

Debe tomarse 30 minutos  antes de comenzar  la relación sexual  y su efecto puede durar hasta 6 horas. 

Es el medicamento que produce menos efectos adversos y presenta mayor especificidad. 

  1. Tadalafilo. Comercializado como Cialis.   

Se sugiere su ingesta 30 minutos antes de mantener relaciones sexuales y su eficacia puede llegar a las 24 hrs después de la administración. 

Los efectos adversos son generalmente leves, entre los que se encuentran cefalea, rinitis, enrojecimiento facial y dolores musculares o articulares 

Prevención. 

La principal medida preventiva que los hombres deben tener para evitar la aparición de disfunción eréctil, es realizando cambios en estilo de vida, entre los cuales se sugiere una alimentación saludable y realizar actividad física, buscando evitar un cuadro de obesidad. 

Es indispensable evitar el consumo de alcohol, tabaco y altos niveles de grasas saturadas.

Es indispensable tener un control del estrés y buscar apoyo psicológico para controlar cuadros de ansiedad, depresión o insomnio. 

Aunque existen grandes tabúes sobre el tema, es fundamental acudir con un especialista en Urología, cuando se presenten los síntomas iniciales y se presenten alteraciones en la erección.

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